Baracoa es el secreto mejor guardado de Cuba, una región portadora de una hermosa identidad natural y humana. Es un ejemplo único de la Cuba auténtica.
Baracoa es rica en historia. Fue la primera ciudad fundada por los españoles en la isla, en 1511. Aquí comenzó la resistencia de los indígenas taínos en Cuba, con el gran cacique Hatuey a la cabeza. En 1895, la expedición del General Antonio Maceo, el Titán de Bronce, desembarcó aquí para dar inicio a la segunda guerra por la independencia de Cuba…
Pero Baracoa es también una comarca maravillosa desde el punto de vista natural: hermosas playas prácticamente vírgenes como Maguana, Cajuajo, El Manglito, 29 ríos de un agua pura y refrescante, incluyendo el Toa (el más caudaloso de Cuba) y el Duaba, entre los cuales se yergue el legendario monte llamado El Yunque.
Alrededor del 95% del territorio de Baracoa es montañoso y boscoso tropical. En él se encuentran el Cañón de Yumurí y el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, Patrimonio Mundial (UNESCO, 2001), en plena Reserva de la Biósfera Cuchillas del Toa, con una alta cantidad de especies de flora y fauna endémicas (propias de la región). Una región increíble para quienes practican el ecoturismo y los amantes de la naturaleza.
Baracoa ofrece variadas opciones para quienes gustan del excursionismo o senderismo, o de simples paseos en el bosque, de un buen baño en un río cristalino, y de una sabrosa comida criolla preparada por familias campesinas de la región. A muchos de estos lugares se puede llegar en bicicleta: quienes gustan del cicloturismo tienen en Baracoa una región muy atractiva.
Culturalmente hablando, Baracoa es única en Cuba. Por su perfil geográfico permaneció significativamente aislada del resto de la isla durante siglos. En el cambio del siglo XVIII al XIX, recibió oleadas de migrantes de habla francesa, tanto negros como blancos, provenientes de Haití en el marco de las rebeliones de los esclavos y la lucha por la independencia. Baracoa es cuna del nengón y el kiribá ritmos musicales considerados formas arcaicas antecesoras del changüí y del son montuno, todos ellos a la raíz de la salsa moderna.
Pero Baracoa es también única por su arte culinario, que utiliza ingredientes poco integrados en la cocina cubana del resto de la isla, como el coco, el achiote, el cacao y una variedad de frutas. Hay que probar el pescado o los mariscos en leche de coco, los bacanes (tamales de masa de plátano con cangrejo o cerdo), los cucuruchos (un dulce de coco, guayaba y otras frutas, envuelto en yaguas de palma): ¡todo delicioso y hecho con ingredientes frescos!
